Cuando Calisto conoce a Melibea, su corazón se rompe en la España que transita entre el medioevo y el renacimiento. La imposibilidad de lograr el amor de la joven que inicialmente lo rechaza lo impulsa a buscar la ayuda de una anciana que, entre mejunjes y preparados extraños, consigue su propósito, aunque a un alto costo.
Ella es la Celestina, una mujer a la que solo le interesa el dinero aunque el honor y la moral caigan al suelo. Su nombre pasó a la historia y bautiza la obra que Julieta Daga ofrecerá esta noche a las 20 en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251), dirigida por David Piccoto, como adhesión a la Fiesta Provincial de Teatro.
“Es una adaptación del clásico de Fernando de Rojas, en formato de unipersonal clown. Estaré con mi payasa, la Lita, con un dispositivo escenográfico que tiene mucho protagonismo porque todo comienza cuando se le cayó encima, es un juguete que le permite aprovechar la creatividad en su máxima expansión. Ella había ido al teatro por otra cosa, y ahora, al borde de la muerte, cuenta esa historia. Hay sorpresas y el relato se construye entre todos porque hay una circularidad, todos alrededor del personaje, a 360°, lo que es un desafío particular”, explica la actriz.
Daga y Piccoto adaptaron el texto original, con música compuesta especialmente para la obra, en guitarra española. “Por el diseño, cada función es un espectáculo distinto ya que cambia con el público y las cosas que pasan en escena”.
Ambos dictarán, mañana y el domingo, el seminario gratuito “Mundos Payasxs”, ambos días a partir de las 15 y en el centro cultural Juan B. Terán (Marco Avellaneda al 300).
El texto dramático ya tiene un largo recorrido: se vio en casi todo el país, Chile y Uruguay y sus próximos destinos serán Colombia y España. “Viaja mucho y en todos lados es recibida amorosa y emocionantemente por todos los públicos”. “Traer a Lita es especial: quienes ya la conocen reconocerán algunos de sus características y para los otros serán una novedad. Dentro de la obra, mi payasa crece aún más, porque con el paso del tiempo se van haciendo cada vez más grandes, con otros niveles y registros emotivos que agradecemos tanto los artistas como el público”, agrega.
A la hora de definir “La Celestina”, Daga concluye: “es una obra para reír, para llorar y para amigarse con la vida”.